miércoles, 3 de noviembre de 2010

"No tengo espacio mental"


Fue hace un tiempo ya que el león escuchó estas palabras, y no menos que del animal sobre el que relaté hace poco tiempo. "No tengo espacio mental para estar con nadie". Esas palabras resultan ser el comienzo del fin, en ese entonces, para nuestro amigo el león, de aquello con lo que se había ilusionado.
No deja de ser frustrante el poner expectativas en otro animal para él y de repente encontrarse con que no será posible llegar a concretar un proyecto de manada juntos. Al león no le agradó el prospecto. Sin embargo, se dio cuenta rápidamente que se podía seguir adelante, que no era imposible. Realmente, no lo es.
Hace poquito tiempo tuve la oportunidad de encontrarme con el león y compartir una presa que él había cazado para nuestro encuentro, siempre sincero y revelador, en el que nos contamos y confesamos muchas de las cuestiones de nuestras vidas que nos hacen experimentar varios sentimientos y emociones. "Es raro que los otros animales se sientan de esta forma", admite. "Siempre pensé que era yo solo que podía sentirme así. Me sorprendió muchísimo que me digan algo semejante. Y fue realmente una pena, porque en este animal estaba interesado. Pensé que podíamos hacer algo lindo juntos".
Esta reunión me dejó un poco perplejo ante la ingenuidad del león. Todos en algún momento sentimos que no podemos estar con otro ser, humano o animal. El león, enceguecido por su ilusión, no se dio cuenta que esos encuentros tenían fin, ya desde el comienzo.
"No tengo espacio mental para estar con nadie", fueron las palabras del otro animal mientras caminaban en medio de la selva. El león no se da cuenta, simplemente, no se da cuenta. Me merece todo mi aprecio y respeto. Pero no se da cuenta en numerosas oportunidades que las cosas no siempre pueden salir como él las desee, por ferviente que su deseo sea. Supongo que ya aprenderá.

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